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dijous, 31 de gener del 2013

Me arrepiento de haber fumado

Juan Carlos Padilla Estrada / M?dico Neum?logo del Hospital Internacional Medimar. Me llamo Andr?s Ducado. A los 15 a?os mi amigo C?sar Fortuna me ofreci? un cigarrillo. Lo encend?, y aquello me pareci? como masticar carb?n. Incluso me mare?.

Pero no s? porqu?, al d?a siguiente compr? en el quiosco de prensa dos cigarrillos "Bisonte". ?Y lo contento que iba yo por la calle con mis Bisontes! Una vez superada la tos - mi amigo Fortuna me dijo que aquello era pasajero - yo caminaba m?s chulo que Clint Eastwood en Harry el sucio.

Me aficion? a los Ducados, porque eran m?s baratos que los que fumaban mis amigos. Por cierto que Olegario, el raro, era el ?nico que no fumaba de la pandilla y lo llev?bamos crucificado al pobrecillo.

Cuando acab? la carrera fue cuando empec? a toser por las ma?anas. La tos del fumador, me dijeron, as? que no hice demasiado caso.

Fue a?os m?s tarde, cuando hacia un ejercicio desacostumbrado me fatigaba y me ard?a el pecho. Un m?dico amigo me sugiri? dejar el tabaco. Lo pens?, realmente.

Y tom? mi decisi?n: dej? de hacer ejercicio. La verdad es que mejor? mucho. Ya no me fatigaba. Tos?a, eso s?, pero como mis amigos los fumadores, porque el malasombra de Olegario segu?a como una pera.

Un d?a nos reunimos los amiguetes de COU de los Maristas. Hicimos una comida llena de recuerdos y a alguien se le ocurri? repetir el partido de futbol del patio norte.

Acabamos por los suelos. ?Saben qui?n fue el ?nico que no ech? los pulmones por la boca? S?, ese.

El d?a de mi cincuenta cumplea?os lo celebr? a lo grande. Acud? a la consulta de un neum?logo compa?ero de los Maristas, no les quiero decir el nombre, ser?a demasiado doloroso. El tipo ten?a en su mesa un tarro lleno de alquitr?n. Lo miraba con un asco irreproducible, hasta que me dijo que yo hab?a inhalado dos tarros como aquel cada a?o durante m?s de 30. ?Cre? que iba a vomitar all? mismo! Pero eso no fue lo peor. Ol?! El m?dico me dijo que mis pulmones funcionaban al 35% y, el colmo, que en mis bronquios hab?a crecido un tumor.

Un tumor. ?Era un c?ncer de pulm?n!

Aqu? estoy, en la sala de quimioterapia. Maldiciendo una y otra vez a mi amigo Cesar Fortuna. Maldici?ndome a m?, en realidad. Al mal d?a en que se me ocurri? meterme en la boca un cigarrillo Bisonte. Al tiempo que he invertido en aspirar un humo ponzo?oso. A los miles de euros que he malgastado en un habito nocivo. A la falta de voluntad que me pudiera haber sacado de ese pozo, de negro fondo. Arrepentido de no haber escuchado los buenos consejos, ante los que hice o?dos sordos."Eso a m? no me pasar?".
Por cierto, estoy leyendo en el peri?dico que se ha celebrado la traves?a del puerto para veteranos. Y el vencedor ha sido ?el maldito Olegario!


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