Tan solo una semana después de ser designado Papa se ha producido el primer encuentro oficial entre Francisco y un jefe de Estado, en este caso, la presidenta argentina. Ambos mantuvieron una audiencia de 20 minutos sumamente cordial en la que se selló la paz y donde hubo, incluso, bromas, complicidad y salidas de protocolo.
Cristina Fernández le hizo entrega de un equipo de mate que el Pontífice abrió agradecido e invitó a Kirchner a “tomar unos mates” tras la audiencia. Ella, de riguroso negro como mandan las audiencias papales, se saltó en cambio el protocolo en otras cuestiones: la presidenta y Francisco se dieron la mano, pero no hubo beso al anillo ni reverencia. No obstante, ambos se mostraron bromistas el uno con el otro. En un momento dado, la presidenta fue a agarrar el codo del nuevo Papa, pero antes de hacerlo mantuvo: “Ay, no, no puedo tocarlo”, a lo que Francisco contestó: “Sí, puede tocar, puede…”. El Pontífice se dirigió hacia la mandataria para darle un beso en la mejilla. Tras el ósculo, Kirchner espetó en tono jocoso: “Nunca un Papa me había besado”.
Pero no fue la única salida de protocolo entre los dos. “Yo creo que eligieron a este viejo porque no tenían otro”, le dijo Francisco en referencia a su edad. “No es cierto”, aseguró Kirchner riendo, “usted es un cuadro de la Iglesia”. Una reunión muy esperada por todos que podría sentar los precedentes de una nueva relación entre los dos mandatarios argentinos.
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