En la mañana del domingo los bomberos todavía estaban retirando cuerpos de la discoteca Kiss en la ciudad de Santa María, a unos 300 kilómetros al oeste de Porto Alegre. Imágenes de televisión mostraban a los bomberos derribando las paredes exteriores de la discoteca con martillos para facilitar la operación.
Responsables locales confirmaron la muerte de 180 personas. Pero el mayor Gerson da Rosa Ferreira, que coordina los esfuerzos de la policía militar en el lugar, dijo a Reuters que el saldo de muertos podría superar los 200.
La mayoría de las víctimas murieron asfixiadas o víctimas de una estampida cuando la gente intentó encontrar la salida del local, donde había unas 500 personas al inicio del incendio, dijo Ferreira.
"Fue muy rápido. Había mucho humo, un humo muy oscuro", dijo al canal de televisión Globonews Aline Santos Silva, una superviviente de 29 años que logró escapar porque estaba cerca de la puerta. "Estaba todo el mundo en pánico", agregó.
La presidenta Dilma Rousseff anticipó su regreso de una cumbre en Santiago de Chile, dijo su portavoz.
El desastre en Santa María recuerda un incendio ocurrido en 2004 en una discoteca de Buenos Aires, donde murieron cerca de 200 personas después de que alguien encendiera una bengala.
Los estándares de seguridad y la capacidad de respuesta de emergencia de Brasil están bajo la lupa dado que la nación sudamericana se prepara para organizar el Mundial de fútbol del 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
"¡Un domingo triste!", dijo el gobernador del estado de Rio Grande do Sul, Tarso Genro, en su cuenta de Twitter.
/Por Ana Flor/